“La empresa privada tiene que invertir más en el país, y esa inversión tiene que ser sostenible. Ese crecimiento tiene que ser sostenible. Para que esto sea posible hay que impulsar el diálogo entre el sector privado y sector privado”.
Andreu Bassols, embajador de la Unión Europea en El Salvador
“El mayor impuesto que tiene este país es la falta de crecimiento y la falta de inversión. Tenemos que trabajar fuertemente y habría que ver cuáles son los mecanismos que podrían detonar que eso se dé; y eso realmente pienso que es la construcción de una alianza público-privada en todo su concepto”, agregó la representante en El Salvador del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Carmiña Moreno.
Moreno recomendó enfocarse en las acciones que tendrían mayor impacto. “Estamos absolutamente convencidos de que solo el interés empresarial no es suficiente, de que se necesita trabajar también con otros actores del ecosistema: los gobiernos, los consumidores, la sociedad civil. Trabajar con un enfoque de generar riqueza. Que la riqueza no solo sea para hoy, sino que también genere un futuro sostenible”, indicó Moreno sobre el trabajo del BID.
Nadine Perrault, represente de UNICEF en el país, expresó que todas las empresas, independientemente de su actividad, tienen impacto en la vida de los niños, por lo que son un “complemento de los gobiernos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
“La inversión social tiene que tener objetivos muy claros que alinearse a las realidades”, expresó en el conversatorio la presentante de UNICEF. Para Perrault, una buena colaboración entre el sector público y el sector privado sería identificar los vacíos y brechas en educación para que las empresas puedan colaborar en llenar esos vacíos; pues es un “buen negocio invertir en educación porque de ahí obtienen su fuerza laboral”.
La educación es un terreno fértil para las alianzas público-privadas, así como la prevención del crimen y el medio ambiente.
“Hemos descubierto que las empresas han respondido favorablemente a hacer alianzas con nosotros”, comentó Gerardo Tablas, consejero regional de alianzas público-privadas para México y América Central de USAID. “Muchas veces se cree que una alianza público-privada es solo cuánto pone el donante, cuánto pone la empresa privada; va más allá de eso. Puede ser apertura de mercados, cuando un supermercado abre sus puertas a productos hechos por pequeños productores rurales es maravilloso”, añadió.
Rafael Pleitez, representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), afirmó que la agenda para alcanzar los ODS es una agenda de país que requiere la participación no solo del Gobierno, sino también el sector privado.
“En el caso de El Salvador, el sector privado ha manifestado un compromiso de alinearse y participar activamente para lograr los ODS”, comentó. La agenda busca un equilibrio entre los económico, lo social y lo ambiental. “Antes el énfasis era lo económico, se descuido lo social, pero sobre todo se ha descuidado lo ambiental”, dijo.
El desarrollo requiere un equilibrio entre estos tres elementos. “Esto implica para las empresas que tienen que no solo consolidar la responsabilidad social corporativa, sino ir más allá, ir hacia modelos de negocios sostenibles, hacia modelos de negocios inclusivos; es decir que en su propia estrategia de negocio y desde su gobierno corporativo den los incentivos para buscar este equilibrio”, afirmó.