Las mujeres y la pandemia: soluciones con enfoque de género
La pandemia por la Covid-19 está haciendo más evidentes las desigualdades de género en todos los ámbitos. El enfoque de género al encarar la actual crisis puede ayudar a que los efectos no se prolonguen a largo plazo y sean más difíciles de revertir.
A continuación, algunas de las actuaciones indispensables para abordar la crisis teniendo en cuenta las necesidades de las mujeres.
De acuerdo con la publicación “COVID-19 en la vida de las mujeres”, de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), existen varias razones para reconocer impactos diferenciados de género en la pandemia.
El reto, expresan, consiste en lograr oportunidades que ayuden a paliar los efectos que éstos tienen en la igualdad de género.
¿Cómo ha afectado la pandemia a las mujeres?
A) Trabajo no remunerado y labores de cuidado
Las medidas de confinamiento, con las que los gobiernos buscan proteger la salud pública y evitar la propagación del virus, convirtieron las casas en un espacio donde muchas mujeres vieron incrementada su carga de trabajo relacionada con el cuidado y la atención a personas.
Una actividad que no se distribuye de manera equitativa entre géneros o no es valorada social o económicamente. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las mujeres son responsables del 76.2% de las horas de trabajo de cuidado no remunerado, un número que triplica el destinado por los hombres.
Como resultado de esta crisis, se tornó más evidente la importancia del trabajo de cuidado de las personas en los hogares, la necesidad de políticas de flexibilidad en los trabajos, así como de recursos gubernamentales a invertir en servicios de cuidado.
B) De la informalidad al cese de actividades
Las mujeres tienen menos posibilidades para enfrentar la crisis, siendo más proclives al desempleo y a pertenecer a los sectores más vulnerables y de baja productividad.
En el ámbito económico, las mujeres representan una gran proporción de la economía informal a nivel mundial, un segmento particularmente afectado en la actualidad.
Evitar el retroceso en la participación laboral de las mujeres y el acceso a los derechos económicos requiere de la implementación de políticas sociales y económicas no discriminatorias con las mujeres, que aseguren la protección social de sectores de baja productividad, acceso a la canasta básica y soluciones que tengan en cuenta los impactos de la crisis por género.
C) Violencia de género
La violencia de género es también una de las consecuencias de esta medida, agravada por el acceso limitado a servicios de atención y sanción de la violencia.
Una limitación a la que se le añade el poco o nulo acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.
Los servicios de atención y protección a la violencia contra las mujeres no están diseñados para responder ante la particularidad del Covid-19. Una medida prioritaria en este sentido son los programas de protección a mujeres violentadas que hagan uso de nuevas herramientas de comunicación como lo son: el internet, mensajería o redes sociales.
D) Salud sexual y reproductiva
Las mujeres requieren de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva especiales, en relación a las necesidades que surjan de las medidas de confinamiento, sobre todo aquellas que se encuentren en grupos vulnerables como migrantes o refugiadas, que enfrentan un reto adicional al acceso a servicios de salud.
Abordar estos retos con un enfoque de género es importante para las medidas a implementar por todos los actores de la sociedad para hacer frente a la crisis sanitaria que atravesamos, así como para la reactivación económica de los países, una vez que esta pueda ser posible.