Hemos llegado al límite del planeta, ¿qué nos dice el nuevo Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU?
Los efectos de la Covid-19 crearon una crisis que demandó la atención de todo el mundo, sin embargo, a la par existen otras crisis como el cambio climático y el aumento de las desigualdades que también están teniendo consecuencias en la humanidad.
De acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano 2020 de las Naciones Unidas, nos encontramos en un momento sin precedentes en la historia donde la actividad humana es la fuerza dominante que afecta los procesos del planeta. ¿Qué es esta nueva era y cómo reaccionar a ella?
El índice de Desarrollo Humano fue la clasificación que creó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para medir el nivel de vida de las personas en relación a su libertad y oportunidad para llevar la vida digna que desean.
Este año, con el progreso de desequilibrios medioambientales, reconoce la entrada a una nueva época conocida como antropoceno (la edad de los seres humanos), es decir, el cambio de paradigma donde el planeta no influye en nosotros, sino que nosotros influimos en él.
El mismo informe apoya la hipótesis de que la capacidad de actuación y empoderamiento de las personas pueden ayudar a crear las condiciones para equilibrar el planeta y a su vez construir un mundo más justo, por lo que propone nuevos mecanismos de cambio para impulsar la acción.
Como parte de esta transformación se encuentra la necesidad de nuevas normas sociales, incentivos para cambiar y soluciones basadas en la naturaleza.
Mientras que las normas sociales y los incentivos se refieren a la manera en la que pueden avanzar las sociedades a cambios transformadores, las soluciones se basan en la equidad, innovación y gestión de la naturaleza, todos ellos con el fin de impulsar la regeneración de la naturaleza a través de la protección y uso responsable de recursos.
Para que estos funcionen, requieren de un enfoque de desarrollo humano basado en la naturaleza. Es decir, por un lado, ayudar a enmendar el desequilibrio social por medio de la equidad y la innovación: reduciendo riesgos, empoderando a localidades locales y a la población indígena, impulsando nuevas formas de producción, apoyando la economía verde; y a su vez atacando el desequilibrio planetario con la gestión responsable de recursos, protección y regeneración de la naturaleza.
Cambiar nuestro futuro requiere una transformación en nuestra forma de vivir, trabajar, vivir con una perspectiva de cuidado del medio ambiente.
Más información sobre el Informe sobre Desarrollo Humano 2020 de las Naciones Unidas aquí: http://report.hdr.undp.org/es/