La crisis sanitaria derivada del Covid-19 ha hecho necesario el análisis a mediano y largo plazo del impacto que cada decisión empresarial puede generar en la percepción y reputación que de ella se tiene.
Sobre todo en empresas que han generado esfuerzos a lo largo del tiempo en programas filantrópicos, de responsabilidad social y sostenibilidad. La reputación que una empresa ha construido de sí misma puede quedar expuesta a riesgos si los valores no coinciden con las prácticas de la imagen que se presenta.
Situaciones de crisis como la pandemia de Covid-19, hacen necesario que se propicien espacios de diálogo continuo con todos los grupos de interés de una empresa para medir y monitorear la reputación.
El mejor activo que tienen las organizaciones es lo que piensan y dicen de ella sus partes interesadas, éste debe ser potenciado en tiempos de crisis.
El monitoreo y análisis reputacional en todos los canales, tanto externos como internos, es una buena práctica siempre, pero ahora se vuelve una cuestión medular. Especialmente los digitales, cuya adopción se vio precipitada por la pandemia.
Actualmente, es de suma importancia que las empresas observen y escuchen su entorno, se adapten al contexto económico, así como a los cambios de los propios consumidores y la sociedad.
A continuación te mostramos 4 consejos para mantener una gestión de la reputación y un manejo estratégico comunicacional.
1.-Establezca un mecanismo de comunicación interna y externa que sea oportuno y transparente.
Los colaboradores siempre serán una de las partes interesadas internas más importantes, así como la principal fuente de información acerca de lo que su empresa está haciendo o dejando de hacer.
Asegúrese de ser consistente en sus mensajes y abordar las principales preocupaciones de todos los grupos de interés de su organización.
2.-Flexibilice y ajuste sus políticas.
Nos enfrentamos a una situación sin precedentes, que cambia continuamente y nos presenta nuevos retos ante los cuales las políticas rígidas son completamente obsoletas.
Ajuste sus políticas a la realidad de la nueva situación con colaboradores, proveedores o clientes y comuníquelas de manera oportuna y adecuada.
3.-No decir nada es la peor estrategia.
El silencio en una situación de crisis genera temor e incertidumbre. La clave de la comunicación en estas circunstancias es la construcción de confianza: diga siempre la verdad, no mienta, anticípese a las preguntas y prepárese ante cualquier requerimiento de información.
4.-La Alta Dirección es la voz de la empresa.
Los departamentos de Relaciones Públicas, Comunicación Social y Responsabilidad Social o Sostenibilidad deben de trabajar de la mano con la alta dirección para definir los mensajes clave y las estrategias de comunicación durante la crisis y asegurar con ello una buena gestión de la reputación. Ahora más que nunca, se requiere que los altos mandos sean la voz y cara de la empresa.
En este momento de cambios importantes que vivimos, es primordial que las empresas expliquen tanto a sus colaboradores como a la sociedad en general cuál es su propósito corporativo, para que a su vez transmitan los valores en las acciones que realizan, contribuyendo con ello al bienestar social.
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