El desafío de la confianza en tiempos de incertidumbre

Por Italo Pizzolante Negrón: Consultor internacional en Estrategia y Comunicación empresarial. Twitter: @ipizzolante

Todo aquello que hacemos o dejamos de hacer genera impactos en aquellos que nos rodean. No siempre valoramos las implicaciones de nuestras actuaciones y son justo ellas las que modelan los comportamientos de la sociedad y en particular a los colaboradores que conforman a la empresa y que ven en sus líderes el ejemplo a seguir.

De acuerdo a Corporate Excellence, el 71% de la población no confía en sus instituciones y el 64% de la población mundial sostienen que las empresas y los CEO deben liderar las soluciones a los problemas de la sociedad, mientras KPMG afirma que la “reputación” es el 3er riesgo más relevante para la empresa y sus líderes. La confianza es una percepción colectiva generada a partir de la forma como nos vinculamos con la sociedad y en particular nuestro comportamiento en situación de crisis. Más allá de la Responsabilidad Social Empresarial, RSE, a partir de programas o proyectos sociales, me estoy refiriendo a las Empresas Socialmente Responsables por las decisiones que toma y sus procesos de gestión.

Frente las nuevas realidades, hoy son clave las expectativas de los jóvenes. De acuerdo a la consultora Deloitte, el 44% de ellos asegura haber rechazado una oferta de trabajo porque los valores de la empresa no eran cónsonos con los valores propios; 49% dice no haber cumplido una tarea porque atentaba contra dichos valores; 55% cree que los valores personales son fundamentales a la hora de tomar decisiones de trabajo y 56% dice haber descartado trabajar a futuro en una empresa al no estar de acuerdo con sus valores corporativos. Estos hallazgos sostienen que las actuaciones de la empresa condicionan su propia estabilidad laboral.

El 80% del valor de una empresa reside en intangibles como la confianza, ganada o no frente la sociedad, esto requiere saber leer el contexto y actuar pensando en el largo plazo. El futuro está determinado por la gestión excelente de los intangibles y solo la inteligencia social marcará la diferencia frente un mundo multipolar y en consecuencia diverso. Es necesario crear y reforzar espacios para el encuentro incluyente e instituciones como uniRSE, en Nicaragua, pueden agregar mucho valor al ser parte de la red centroamericana de la RSE IntegraRSE, y contar con probados accesos de información sobre el tema del dialogo sostenible. Esto, la convierte en un espacio para el encuentro y la actuación responsable, generando nuevos estados de consciencia colectiva en el tejido empresarial y orientando a su liderazgo. Creo que esta visión de uniRSE ha sido la base del éxito que ha tenido hasta la fecha.