¿Qué es el techo de cristal y cómo pueden las empresas impulsar la igualdad de género?
Los prejuicios, dentro de las organizaciones y en las personas que toman las decisiones en relación a ascensos y promociones, son uno de los factores que explica la presencia de esta barrera que impide a las mujeres acceder a posiciones de alta jerarquía dentro de las organizaciones. ¿Cómo impulsar el liderazgo femenino y la sostenibilidad de las empresas?
Según el estudio “Perspectivas sociales y del empleo en el Mundo”, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres tienen una participación en la fuerza de trabajo remunerada 26.5 puntos porcentuales por debajo de la tasa de ocupación de sus pares masculinos. Lo que significa que, por cada 10 hombres empleados en la región latinoamericana, solo 6 mujeres lo estarán.
Adicionando a este hecho una brecha salarial que alcanza en países de la región cifras superiores a los 20 puntos porcentuales y hasta 30 puntos en el triángulo norte de Centroamérica, constituido por los países de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Estas desigualdades entre hombres y mujeres en el entorno laboral no son únicamente observables en los porcentajes de participación laboral y remuneración, sino también en las probabilidades de acceder a posiciones de dirección y liderazgo.
Esta última, conocida bajo el término de “techo de cristal”, utilizado para describir las barreras invisibles a través de las cuales las mujeres pueden ver las posiciones de alta jerarquía dentro de las organizaciones sin poder alcanzarlas.
Uno de los factores que explica esta barrera, es la presencia de prejuicios dentro de las organizaciones y de las personas encargadas de realizar la toma de decisiones en relación a los ascensos y promociones, bajo la creencia de que las mujeres estarán menos comprometidas con el trabajo debido a sus responsabilidades familiares o que el embarazo y la maternidad limitarán su capacidad para comprometerse con los objetivos de la empresa.
Esos prejuicios que no solo existen en el ámbito laboral, sino que son extrapolados a situaciones culturales, sociales y familiares que impiden que las mujeres alcancen posiciones de liderazgo. Por ejemplo, dedicar en promedio mayores horas a actividades de cuidado del hogar y de las familias.
El liderazgo femenino y la sostenibilidad de las empresas
La falta de políticas y compromiso es la manera en la que las organizaciones limitan el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo.
Avanzar en igualdad de género, autonomía y ciudadanía económica para las mujeres requiere de generar condiciones que les permitan ocupar posiciones de dirección y toma de decisiones de igual forma que sus pares masculinos.
De acuerdo con las Empresas Fortune 500, las empresas con políticas de promoción de mujeres en los altos niveles de dirección tienen un porcentaje de rentabilidad entre el 18% y 69% más alto.
Mejorando a su vez el clima laboral, enriqueciendo los procesos de toma de decisión y potenciando el balance entre vida laboral y personal.
A nivel global únicamente el 34 por ciento de los puestos directivos son ocupados por mujeres.
Los techos de cristal aún existen y afectan de manera diferenciada a las mujeres, siendo en nuestra región un reto significativo a emprender.
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